Sentir la poesía en el cuerpo, es disfrutar de ella; que la música te haga vibrar, es una de las cosas más placenteras con las que puedes encontrarte; el movimiento que te atrapa, es el que transmite y si unes todo esto en un escenario extraordinario, se crea un ambiente mágico que te hace desconectar del mundo y gozar.
Por suerte, hay personas con inquietudes creativas, que se vuelcan en nuevos proyectos, en planes que surgen de una propuesta, de una idea tal vez loca, pero aplaudida por ellas.
Esto ocurrió en Valjunquera este verano y este fue el resultado.
El próximo año repetimos, sin duda.